¿De compras al metro? ¡No olvides llevar tu móvil!

Hora “peak”, en tu ciudad. Vas al sistema de transporte local, pagas tu boleto, pasas a la zona de conmutación, vés el agolpamiento de gente y se te van los ánimos al suelo o al andén incluso. El desánimo no termina: Una señora pasa con bolsas de supermercado y lo recuerdas: “no tengo nada en el refrigerador”. Te tratas de desconcentrar de tu pena y comienzas a juguetear con el facebook en tu móvil.


Si estuvieras en Corea, aprovecharías el tiempo mejor. Claro, por cosas de la modernidad.

La cadena Tesco ha montado un supermercado en pleno andén del metro de Corea del Sur que responde a las preguntas ¿Qué hacer si no tengo tiempo de planificar mi compra, o el súper de mi barrio o colonia siempre está repleto de compradores cuando voy a comprar o está lejos de mi casa o incluso: ¿Qué hacer si me fastidia malgastar el tiempo esperando el metro o bus o en el sistema multimodal? La respuesta, muy atractiva para los señores geomarketeros es: si quieren a sus consumidores comprando sus productos, transformen las paredes de las estaciones del metro y muros en zonas públicas en góndolas virtuales, ocupando un espacio antes desperdiciado o destinado sólo a publicidad de eficiencia dudosa.

¿Para qué? Bueno, ahí tenemos al súper virtual de Tesco para demostrarlo: solo se necesita que el usuario o cliente tome su smartphone y empiece a fotografiar como un verdadero turista oriental el QR (Quick Response Barcode) de todos los productos que quiera adquirir. Y de paso, se ahorran costos de publicidad, cartelería, espacio, gestión y demás. ¿Pero qué es un código QR?.


 

Un código QR es un sistema para almacenar información en una matriz de puntos o un código de barras bidimensional que se caracteriza por los tres cuadrados que se encuentran en las esquinas y que permiten detectar la posición del código al lector. En términos simples, es un dibujito con cuadros le dará al móvil toda la información que necesita para hacer la compra. Los códigos QR son muy comunes en Japón y de hecho son el código bidimensional más popular en ese país, como los códigos de barra.


Ejemplo de codigos QR para encontrar tiendas en Yelp
Una vez registrados los QR de la compra, el pedido es pagado y enviado desde el celular a centros de distribución dentro de la misma ciudad. Todo llega desde grandes bodegas dispuestas sólo para almacenaje y despacho minorista. Así, en menos de una hora – cuando ya el consumidor llegó a destino – un representante de Tesco en su camión de reparto con sus correspondientes identificaciones entrega el pedido antes realizado hecho en el andén. Todo se paga con la tarjeta en el data phone y ya. Todo esto que suena a chino (o a coreano, según se quiera) es el futuro. En Corea ya ha comenzado. ¿Cómo sería en nuestras ciudades?




Una pista se puede encontrar en  http://youtu.be/h7HnR02kJxY .



No es el clásico geomarketing que ya conocemos. Ya no es el geomarketing de “estoy acá y tengo tecnología y me comunico con otros” sino más bien uno más callado, trabajador y reservado que dice: “estoy acá y tengo tecnología y me informo y después veo si interactúo”. No por casualidad tiene éxito en Corea, país de callados y prácticos compradores. Y todo gracias a los códigos QR.



Hay un montón de ideas creativas para aplicar códigos QR a los negocios o incluso a la vida diaria. Por ejemplo, en estaciones de trenes y buses para conocer horarios y paradas. En museos y galerías para conocer detalles y biografías de los artistas y sus obras. En sitios históricos o recorridos turísticos para disponer de versiones en distintos idiomas y evitar vandalismos innecesarios. En productos perecederos. Para registrarse en una conferencia rápidamente y para mucho más. Por cierto, muchos diarios de América Latina ya los utilizan.


Con más de 10.000 clientes satisfechos usando el servicio, Tesco parece tener un éxito inspirador en sus manos. Lo único que quedaría por preguntar es: ¿cuándo podremos tener algo así en estas latitudes?

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